VICENTE es un semáforo bonachón y muy trabajador.  Muy triste ha cogido su maleta, decidido a cambiar de barrio. Está harto de que no le respeten, ni los conductores, ni los peatones; está harto de que  aten las bicicletas a su cuerpo, de ser utilizado como tablón de anuncios y de que los perros se orinen a sus pies. Alguien le ha dicho que en “la Gran Vía” se respetan mucho más las normas de la circulación y emprende la búsqueda. Un día, callejeando por la ciudad, conoce a dos simpáticas señales de tráfico: MOLLY y POLLY, acomodadas al barrio y acostumbradas ya a que todo el mundo  las ignore. También conoce a ANACLETO, un guardia muy especial, con un espíritu  detectivesco muy particular, que ya lo único que sabe hacer es multar a todo lo que se mueve. VICENTE, con la ayuda de los niños, consigue convencerles de que la única solución es enseñar a todos las normas de la circulación. A través de  juegos, divertidas canciones y la participación de los niños, repasan todos juntos algunas de las más básicas reglas, como los colores en los semáforos, la utilización del carril bici, o el mensaje de algunas de las señales más cotidianas.