“¿Un cafetito?” es una comedia de enredo a caballo entre el teatro inglés del siglo XVIII y el vodevil francés del siglo XIX.

Muy a la española hemos construido una historia… ¿sencilla? donde se irán sucediendo las situaciones más escabrosas.

“Don Eustaquio”, un Marqués de poca monta, se encuentra en un grave aprieto; su administrador, “Don Evelio”, ha desaparecido misteriosamente. El Marqués delegaba en él todas las cuestiones financieras, preocupado únicamente por sus líos de faldas. Decide seducir a una vieja amiga de “rancio abolengo” cargada de millones, “Doña Gavina”, dado el precario estado económico al que está llegando. Planeado todo entre Él y “Leonarda”, su propia cocinera, con la que está emparejado sentimentalmente en secreto, deciden acelerar el desenlace de la seducción a la noble señora, vertiendo en su café una sustancia hipnotizante para que firme unos documentos que la dejarán sin blanca. Pero todo empieza a torcerse cuando una doncella un tanto “rebelde”, “Dorita”, decide declarar la guerra a “Lázaro”, el mayordomo, con el que no se lleva nada bien. Ella también trama un plan: Seducir al Marqués para, de este modo, vilipendiar a su odiado superior. Y todo se complica todavía más cuando descubrimos que “Lázaro”, el mayordomo y la ricachona señora “novia” del Marqués, “Doña Gavina”, se citan a escondidas.  ¿Me siguen? Todavía lo complicamos más aún cuando aparece en escena “Aniceto”, el novio de la doncella, y se entera de que ésta pretende seducir a su amo. Y aún podemos complicarlo más si cabe, haciendo que se presente repentinamente la auténtica esposa del mayordomo, “Fructuosa”, ciudadana oriunda de un pueblecito gaditano. Más de uno se tomará “un cafetito”. Y “Don Evelio”, el administrador, sin aparecer…